Presentación

Las otras voces de Israel y Palestina Este blog nace de un proyecto entre y -dentro de Las otras voces de Israel y Palestina - con el fin de visibilizar el trabajo de organizaciones israelíes y palestinas para rematar el conflicto y conseguir igualdad de derechos. Explicar sólo estas iniciativas dejaría a alguien ajeno a la situación de Gaza y Cisjordania sin comprender el escenario. Por ello, esta bitácora incluye también historias personales de ambos lados con el fin de que el conocimiento entre todos mantenga fuerte el diálogo.

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jueves, 28 de octubre de 2010

"No entren, fuera; no entren, fuera"

Un grupo de pescadores en Gaza.
L.P.

L. Pérez/Gaza
Es difícil imaginar qué supuso para los palestinos recuperar la playa de la Franja. De sus explicaciones se deduce que se sienten afortunados por poder disfrutar de un lugar al que antes tenían el acceso vetado. Fortuna sólo relativa, porque unas millas más allá de la línea de costa están los barcos del ejército israelí encargados de velar por el cumplimiento del bloqueo marítimo a esta zona de los territorios palestinos.
Las embarcaciones militares de Israel están a unos seis kilómetros de la costa. Los barcos de Gaza pueden adentrarse en el mar 5,5 kilómetros (tres millas náuticas), una cantidad que ahoga a los pescadores de la Franja. “No hay pescado en esas tres millas. Está mar adentro”, manifiestan unos hombres que muestran las capturas del día: no hay ni diez ejemplares en su pequeña barca. Otros han tenido algo más de suerte.
Intentar avanzar hacia los barcos israelíes es jugarse la vida. Perder su pequeño bote en un tiroteo es lo mínimo que le puede suceder a un pescador atrevido. Las advertencias que reciben del ejército son contundentes: “No entren, fuera; no entren, Fuera”. Quienes nunca llegaron a internarse fueron los integrantes de la Flotilla de la Libertad, la expedición que saltó a la primera plana de los periódicos de más de medio mundo cuando fue interceptada por Israel en un intento de llevar ayuda humanitaria a los palestinos. En Gaza se recuerda a los fallecidos porque sus nombres están escritos en un lugar público. Sucedió en esta misma costa. Han pasado algunos meses. Gaza sigue pasando hambre. 

martes, 26 de octubre de 2010

El niño, la madre y el abuelo

L. Pérez/Khan Younis

El niño
El niño necesitaba un tratamiento médico que no podía recibir en Gaza. Los responsables del hospital de la Media Luna Roja de Khan Younis tramitaron una solicitud ante el Ministerio de Salud, con sede en la ciudad de Ramallah, para que pudiese recibir asistencia en Cisjordania. Parte de la ruta discurría por Israel, cuyo gobierno decide sobre el tránsito de ciudadanos enfermos. Algunos pasan, otros no. El criterio que emplean las autoridades para tomar la decisión es un misterio. El niño no obtuvo el permiso. La historia acaba bien porque fue trasladado y operado en Egipto. Otros mueren mientras esperan una respuesta si en la Franja no existen los cuidados que precisan. Gaza es una cárcel.

La madre
Weam El Masri es madre de tres hijos. “En Gaza siempre estamos esperando algo”. Temerosos de que estalle otro conflicto, preocupados por si explota una bomba. La vida transcurre demasiado deprisa para esta mujer que trabaja en el hospital de la Media Luna Roja de la ciudad Khan Younis. Las madres sienten la incertidumbre vital de los habitantes de la Franja con mucha más intensidad: “Cuando tus hijos salen a comprar algo y pasan cinco minutos sólo piensas: Oh, se está retrasando… Se está retrasando”. La mente no descansa, los nervios están a flor de piel y falta la luz: La noche en Gaza es mucho más larga, porque el bloqueo también afecta al suministro eléctrico. Gaza es una cárcel.
El abuelo
Psam Siesalem no tiene empleo. Descansa en el asiento del conductor de un vehículo que está estacionado en el puerto de Gaza. Tiene 51 años. Es padre de seis hombres y dos mujeres y abuelo de dos niños. Le gustaría llevarse a sus hijos y a su familia a otro lugar, pero el bloqueo y la falta de recursos económicos se lo impiden: para volar necesita un permiso que no puede conseguir. “Estamos encerrados aquí, no puedo hacer nada”. Gaza es una cárcel.