Presentación

Las otras voces de Israel y Palestina Este blog nace de un proyecto entre y -dentro de Las otras voces de Israel y Palestina - con el fin de visibilizar el trabajo de organizaciones israelíes y palestinas para rematar el conflicto y conseguir igualdad de derechos. Explicar sólo estas iniciativas dejaría a alguien ajeno a la situación de Gaza y Cisjordania sin comprender el escenario. Por ello, esta bitácora incluye también historias personales de ambos lados con el fin de que el conocimiento entre todos mantenga fuerte el diálogo.

sábado, 19 de febrero de 2011

La infancia en Palestina


A principios de mes, Save the Children dio a conocer un informe demoledor sobre la situación de los niños que viven en los territorios ocupados de Palestina. La historia de Mohammad -protagonista del pequeño vídeo de Save the Children- es la historia de miles de niños, las víctimas más crueles del conflicto.




 

Save The Children
04/02/2011. Miles de niños y niñas palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania se ven forzados a vivir sin un acceso adecuado a servicios básicos como la atención sanitaria, la educación y el agua. 

Pero no es sólo esto lo que hace tan difícil la situación de la infancia en este lugar: un estudio que realizábamos el año pasado mostraba que entre octubre de 2000 y abril de 2009 más de 6.700 niños fueron detenidos a manos de las fuerzas israelíes. El estudio demostraba además que Israel rutinariamente procesa a los niños palestinos, muchas veces con tan solo 12 años, describiendo los malos tratos y la tortura a los niños palestinos como "generalizada, sistemática e institucionalizada".

Para tratar de ayudar a estos jóvenes a superar el trauma ocasionado por la detención, desde hace un tiempo llevamos a cabo un programa en la zona de Cisjordania por el que, entre otras cosas, los participantes expresan sus sentimientos a través del dibujo y la creación. En el video, Mohammad nos habla de sus experiencia.




Durante el año pasado, 26 niños palestinos murieron "trabajanado" en las cercanía de la frontera con Israel


En los territorios ocupados, sobran los aspectos de la realidad de la infancia en los que podemos centrarnos para describir la difícil situación por la que pasan día a día.

La realidad hace que algunos de los niños de la Franja de Gaza se enfrenten a diario a los disparos de los soldados israelíes mientras se acercan a la frontera para buscar materiales de construcción que aprovechan de las ruinas que dejaron los derribos de casas y barrios enteros resultado de la última gran ofensiva de Israel en enero del 2009.

Según un estudio del grupo de trabajo sobre Menores Afectados por Conflictos Armados, durante el pasado año 26 niños resultaron muertos como consecuencia de los disparos de las tropas israelíes en las inmediaciones de la frontera con Israel.

El pasado mes de septiembre, un niño de 16 años y su abuelo de 91 moría por el ataque de un tanque israelí a 700 metros de la frontera, resaltando la fuerza mortal empleada frente a los niños y niñas que trabajan fuera de la denominada "zona tampón". Esta zona, impuesta por Israel se extiende, en la práctica, en más de un kilómetro tierra adentro en la franja de Gaza y cubre una superficie total de 50 km2 aproximadamente, donde se encuentra casi un tercio de la tierra agrícola de Gaza, así como tierras para buena parte de su ganado.




El impacto real de la demolición de las casas


En los territorios ocupados, cada día se derriba una media de tres casas y, en algunos casos, las autoridades israelíes han dado órdenes de demolición que han derrumbado pueblos enteros. Estas demoliciones dejan a más de 300.000 palestinos bajo la amenaza constante de perder sus hogares. 

La tasa de demoliciones ha aumentado significativamente desde la Segunda Intifada, que daba comienzo en el año 2000 y, según muestra el estudio, estas demoliciones han pasado a convertirse en la causa principal de desplazamiento forzado en el Territorio Ocupado. 

Cuando se destruye una casa, la familia pierde su hogar y todo el apoyo financiero que supone lo poco o mucho que le pertenece. Pero el impacto real va mucho más allá de la propiedad física y económica. En el informe "Hogares Rotos", elaborado por Save the Children junto con distintas asociaciones palestinas, se señala que las familias cuyas casas son derribadas son advertidas con muy poco tiempo y, a menudo, no pueden recoger ninguna de sus pertenencias. Desde que comenzaran las demoliciones de casas en 1967, se estima que los civiles y las autoridades militares israelíes han destruido cerca de 24.000 casas. Sin embargo, desde el año 2000 el número de casas que están siendo derribadas ha aumentado con una media de más de 1.000 hogares destruidos al año.

Este año ha visto un incremento masivo, con más casas que están siendo destruidas que en ninguna otra ocasión desde que comenzara la ocupación israelí hace 40 años, según este informe. Al menos 4.000 casas se han destruido como resultado de la ofensiva militar en Gaza, a principios de este año. 

"Las demoliciones en los territorios palestinos han aumentado, y miles de familias y, en algunos casos, aldeas enteras, permanecen bajo la amenaza de los bulldozer que llegan para destruir sus casas, por lo que hay desplazados cada día", señaló el director para los territorios palestinos de Save the Children, Salam Kanaan.

"La mayoría de derribos se realizan por las denominadas razones denominadas "administrativas" o como resultado de operaciones militares", indicó. "Las familias lo pierden todo cuando sus casas son derribadas", aseguró. "La ropa, los alimentos y los muebles son enterrados entre los escombros, y hay poca ayuda para estas familias que se marchan sin nada, sin apoyo, sin protección", lamentó Kanaan.

El impacto de perder su casa también tiene consecuencias a largo plazo para la salud física y mental. Los investigadores entrevistaron a las familias cuyas casas fueron demolidas y encontraron que el 97% de los padres están en riesgo de colapso mental o psicológico como resultado de la destrucción de sus hogares, que apenas el 13% de las familias tienen oportunidad de recoger sus pertenencias antes de que comience la destrucción y que los niños cuyas casas han sido derribadas muestran un declive en su salud mental, sufriendo los síntomas clásicos de trauma, depresión y ansiedad.

Además, la mayoría de familias que se quedaron sin casa se convirtieron en desplazados y a más de la mitad de ellas, un 61%, les llevó al menos dos años encontrar un lugar permanente para vivir.

El informe también apunta que los que más riesgo corren de sufrir desplazamientos por la creación de asentamientos o por la demolición de hogares serían los habitantes de Jerusalén Este, las comunidades rurales de Cisjordania, los beduinos y los refugiados que viven en campamentos, además de los residentes que viven cerca de las fronteras de Gaza.

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