Presentación

Las otras voces de Israel y Palestina Este blog nace de un proyecto entre y -dentro de Las otras voces de Israel y Palestina - con el fin de visibilizar el trabajo de organizaciones israelíes y palestinas para rematar el conflicto y conseguir igualdad de derechos. Explicar sólo estas iniciativas dejaría a alguien ajeno a la situación de Gaza y Cisjordania sin comprender el escenario. Por ello, esta bitácora incluye también historias personales de ambos lados con el fin de que el conocimiento entre todos mantenga fuerte el diálogo.

sábado, 23 de octubre de 2010

El enfrentamiento en la calle

L. Pérez-Nabi Saleh 

Los cánticos de los niños que encabezan la manifestación no se prolongan durante demasiado tiempo. Sólo han caminado unos metros, apenas han comenzado a descender de la colina con sus lemas y banderas cuando los gritos inundan el ambiente. Los soldados israelíes han lanzado la primera advertencia: un pequeño aviso, sólo unas cuantas bombas de gas lacrimógeno.

Los jeeps no pueden pasar por ese lado de la colina y los soldados, por el momento, esperan tranquilos. Conceden unos minutos a los palestinos. La carretera conduce al centro de una villa acostumbrada a vivir cada semana la misma disputa. No parece que sus habitantes estén dispuestos a abandonarla. Mientras desaparecen momentáneamente para resguardarse, cantan "one, two, three, four, ocupation no more".

La mayoría no oculta su rostro. Algunos utilizan palestinas y camisetas para protegerse del gas. Corren constantemente durante cada una de las embestidas del ejército israelí, pero saben que no están a salvo en ningún sitio. Los soldados han empezado a subir a la colina y campan a sus anchas. Las ambulancias de la Media Luna Roja Palestina llegan a Nabi Saleh para trasladar a algunas personas heridas.


Mujeres palestinas cantan ante soldados israelíes, que bloquean la entrada a una casa.
Foto: Pelu Vidal


El tira y afloja dura horas. Los ancianos se retiran a descansar, acostumbrados quizás a unas escenas que se repiten cada viernes. El día festivo de Palestina no es ninguna fiesta en un pueblo con las calles plagadas de casquillos de las bombas de gas y de algún que otro casquillo de bala.

Hacia el final del enfrentamiento, algunos jóvenes ascienden a uno de los puntos más altos de la colina, ocultan todo cuanto pueden sus rostros y recogen piedras. Los palestinos discuten: los adultos no quieren saber nada de esas piedras, entienden que no son buenas consejeras. Pocas llegan a volar. Pocas o ninguna. Conforme llega la tarde quedan abandonadas sobre un muro, en una imagen perfecta para una fotografía.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece que estoy ahí... Gracias por trasmitir el momento con tanto intensidad.

Anónimo dijo...

Gracias por leernos.