Presentación

Las otras voces de Israel y Palestina Este blog nace de un proyecto entre y -dentro de Las otras voces de Israel y Palestina - con el fin de visibilizar el trabajo de organizaciones israelíes y palestinas para rematar el conflicto y conseguir igualdad de derechos. Explicar sólo estas iniciativas dejaría a alguien ajeno a la situación de Gaza y Cisjordania sin comprender el escenario. Por ello, esta bitácora incluye también historias personales de ambos lados con el fin de que el conocimiento entre todos mantenga fuerte el diálogo.

jueves, 28 de octubre de 2010

Una casa adorada por los bulldozers


Restos de una casa demolida por los israelíes.
Foto: Pelu Vidal

L. Pérez/Jerusalén

Hashem Yamaini tiene miedo. Su vivienda familiar –en la que viven doce personas– entra dentro de los cómputos que maneja la organización coordinada por Jeff Halper y Meir Margalit, los dos coordinadores del Israel Committee Against House Demolitions (ICAHD). El Comité israelí contra la demolición de casas es una de las organizaciones que forma parte de la Coalición de Madrid promovida por la Asamblea de Cooperación por la Paz. Lucha por detener los derribos de las casas que ordena el gobierno de Israel. El protagonista de esta historia ha visto en cinco ocasiones cómo su casa, ubicada a las afueras de Jerusalén, era el objeto de trabajo de los bulldozers.
Hashem construyó su primera vivienda en el año 1990. Procedente de un pueblo cercano a la ciudad de Hebrón, es el propietario de la finca rodeada por una gran cantidad de escombros. No hace falta ser un gran observador para darse cuenta de que aquí no se cumplen los Objetivos del Milenio. Hashem Yamaini lo sabe: "Esto no es humano", manifiesta.


En el desesperante currículum de su vivienda no sólo pesan los intereses que persigue Israel al demoler casa. También la desidia de las autoridades palestinas, ante las cuales es necesario tramitar la licencia de construcción. "Durante un tiempo fui a la oficina para preguntar cómo iba la petición, si había avanzado algo. Me decían que volviera el día siguiente". Un día se cansó, reclamó los papeles que había entregado y se enteró de que alguien los había extraviado.
Hashem Yamaini delante de su casa, al lado de un olivo y de una piedra tallada con versos del Corán.
Foto: Pelu Vidal

Hashem no puede responder cuando se le pregunta qué pasó por su cabeza cuando vio que las máquinas rompían su casa: "Es una situación muy dura para describirla". Ocurrió por última vez hace tres años, pero su miedo no tiene cura. Sufrió un infarto que le incapacitó para dedicarse a su trabajo habitual. Vive esperando que un grupo de hombres aparezca en su finca y rodee su vivienda. Como en Gaza, como en Hebrón, como en tantos otros sitios... Pasan los días y toda Palestina espera.



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