Corredor entre los dos puntos que control que hay que superar para llegar a la Franja de Gaza. Foto: L.P. |
A la población de Gaza le han puesto una soga al cuello. El nudo se puede apretar por mar o por tierra. Si desplazarse por Israel y Palestina es complicado y desalentador, el proceso para entrar en la Franja es una odisea. La solicitud se procesa ante Israel con varios días de antelación. Del equipo que Agareso ha desplazado a Oriente Medio, sólo dos personas consiguen acceder. No hay respuesta para el resto.
No es posible definir en qué consiste un checkpoint hasta que conoce “La Terminal”. Es el punto en el que los periodistas, acompañados por una cooperante de Asamblea de Cooperación por la Paz, están obligados a aparcar su vehículo. El coche no pasa. Una soldado nos pide nuestros pasaportes en una cabina situada al lado del aparcamiento. Avanzamos hasta entrar en un edificio prácticamente vacío, de dimensiones similares al aeropuerto de Peinador.
- ¿Primera visita a Gaza?
- ¿Cuántos días?
- Uno.
- ¿Trabajo?
- Cooperante.
Mejor decir cooperante que voluntario; seguimos avanzando. El checkpoint israelí no es el único. Caminamos durante casi diez minutos por el corredor de esta terminal para llegar a otro control, en este caso árabe.
Gaza es una población que emana tristeza. Desde el taxi se divisa un lugar en el que un grupo de hombres trabaja con piedra: son restos de las casas que fueron demolidas durante el conflicto de 2008-2009. Hay que reutilizarlas, el bloqueo impide la entrada de cemento en la Franja.
Monin Al Dwek, el taxista, nos explica que la zona está en calma, que los tiroteos ya no son comunes. “Nuestro principal problema es que la gente no tiene trabajo, así que hay mucha pobreza”. Preguntado por la última oleada de violencia, responde que fueron momentos muy duros. Lo constatamos en nuestro avance por la carretera hacia la ciudad de Khan Younis: numerosos carteles recuerdan a los fallecidos. El taxista tiene que detener el vehículo porque no le da tiempo a contar: Treinta. Treinta fallecidos en una misma familia.
1 comentario:
No me atrevo a compararlo con el corredor de la muerte, pero la sensación de muchos de los que atraviesan este pasillo debe ser similar. Qué terrible que haya estos Muros de la Vergüenza y estos obstáculos en el Camino hacia la Paz.
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